Hace unos 10 años, fruto del análisis de la realidad desde diferentes ópticas (social, económica, educativa, emocional, estructural, etc.), se entendió que los modelos de intervención socioeducativa que se estaban desarrollando con infancia, juventud y familias en situación de desventaja social, con la finalidad promover su inclusión social y desarrollo vital; necesitaban completarse con procesos de acompañamiento en el ámbito laboral, como elemento fundamental en la autonomía y dignidad de la persona.
Tras varios años de experiencia, se detectó la necesidad de generar oportunidades de formación y empleo propias, dirigidas a aquellos /as jóvenes y/o sus familiares con mayores dificultades para integrarse directamente en el mercado laboral normalizado. Fruto de esta reflexión y desde vivencia cercana de los barrios en los que estamos presentes, se hizo una apuesta por un modelo específico de iniciativa de la economía social: las empresas de inserción.
Las empresas de inserción son iniciativas económicas de carácter no lucrativo, que tienen como objetivo la integración y formación sociolaboral de personas en situación de desventaja o exclusión social, como tránsito al empleo ordinario. Desde la Red Mimbre se impulsan respondiendo a un doble objetivo: por un lado, facilitar una oportunidad de tránsito al mercado de empleo ordinario a aquellos colectivos con mayores dificultades de inserción y, por otro, sensibilizar sobre la necesidad de desarrollar estructuras económicas más justas e inclusivas, demostrando que es posible desarrollar iniciativas empresariales socialmente responsables y económicamente viables.